¡Celebremos! Año Nuevo
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CONTENIDO
- Reflexiones de fin de año
- Tic, toc ¡el tiempo vuela!
- Lección “Cuido mi tiempo”
- Propósitos de año nuevo
- Manualidades
- Moldes
- Actividades de repaso (instrucciones)
- Preescolares
- Primaria baja (6-8 años)
- Primaria alta (9-12 años)
- Ideas para celebrar el año nuevo
- Plan de lectura bíblica en un año
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría (Salmos 90:12).
Hemos llegado al final del 2024. Quizá algunos coincidan conmigo en que este año pasó muy rápido; para otros, tal vez transcurrió lentamente, sea como sea, estamos ya por iniciar un nuevo año lleno de metas e ilusiones.
Moisés, autor del Salmo 90, había experimentado de cerca la gloria y el poder de Dios. Fue testigo de numerosos milagros: la vara transformarse en una serpiente, el agua convirtiéndose en sangre, el mar abriéndose en dos, el maná cayendo del cielo, agua brotando de una roca, por mencionar algunos. Dice la Biblia que Moisés hablaba con Dios cara a cara, como se habla con un amigo (Éxodo 33:11). Conociendo tan bien a Dios, Moisés inicia este salmo con una afirmación poderosa: Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación… desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios (Salmos 90:1).
El Salmo 90 contrarrestada la naturaleza eterna de Dios con la condición humana, llena de desafíos, frustraciones y situaciones complicadas, pero sobre todo efímera. Moisés sabía que lo que había logrado no fue por mérito propio; fue Dios quien le ayudo, le dio la capacidad, la fuerza, la guía. Por eso, la oración del salmista es enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Necesitamos hacer nuestra la oración de Moisés, ciertamente, nuestra existencia es breve y finita, requerimos que Dios nos enseñe y nos haga sabios para tomar buenas decisiones (Proverbios 1:7). Contar los días es usar cada día con sabiduría y prudencia, sin tomar el tiempo a la ligera.
David, el hombre conforme al corazón de Dios, también reconoce la fragilidad de la existencia humana: hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy… Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti (Salmos 39:4-7). Aunque David sabía que vivía en incertidumbre y en medio de desafíos, reconoció que podía confiar en Dios como su fuente de esperanza y propósito. Así mismo, elijamos nosotros confiar en el plan y voluntad de Dios aún en medio de la dificultad.
Salomón tenía veinte años cuando se convirtió en rey, Dios se le apareció en sueño y le dijo que le pidiera lo que quisiera, pudo haber pedido riqueza, éxito, pero pidió sabiduría y Dios se la dio. Nosotros también podemos pedir sabiduría (Santiago 1:5), para usar el tiempo con prudencia, reconociendo cuáles deben ser nuestras prioridades.
Al comprender que nuestro tiempo es limitado, reconocemos la importancia de no desperdiciarlo y compartir con otros las buenas nuevas del evangelio. Por esta razón, la celebración de Año Nuevo en cada iglesia local será una gran oportunidad para compartir el mensaje de salvación y, además, enseñar a los niños cómo usar bien su tiempo.
¡Hermano, hermana, contemos cada día! Seamos sabio y busquemos hacer la voluntad de Dios en todo tiempo.
En Cristo
Pbra. Eda Birgit Martínez Lozada
Directora Editorial Materiales Infantiles